Reto 3

He elegido una política pública que me parece particularmente interesante, precisamente porque pretende incidir en la socialización de género, es decir en el proceso mediante el que los niños y niñas aprenden las expectativas sociales, actitudes y comportamientos típicamente asociados con los dos sexos. Para conseguir alcanzar una igualdad efectiva es importante modificar la actitud cultural relativa a los roles, que se conforma desde las edades más tempranas, desincentivando aquellas costumbres en las que vivimos y de las que respiramos y que llevan poco a poco hacia la desigualdad.

Por ello, he elegido la política “Patios coeducativos”, puesta en marcha en primer lugar por el Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya y acto seguido por la Generalitat de Valencia. Partiendo de la consideración que los patios escolares tienen una gran carga de género, tanto en la disposición como en las actividades que se realizan, esta política pretende impulsar mediante el rediseño de los patios escolares una educación en igualdad, primordial para eliminar la brecha de género en las carreras tecnológicas y científicas que existe entre niños y niñas.

Las niñas y niños pasan unas 525 horas al año jugando en el patio escolar, un espacio en el que también se aprenden valores sociales que pueden marcar su futuro. Y aquí está el problema: los patios tienen una gran carga de género, tanto en la disposición como en las actividades que se realizan. El fútbol suele ser el protagonista, la actividad que se lleva casi todo el tiempo y el espacio, aglutinando la mayoría d ellos niños y dejando en un pequeño rincón a las niñas, que se dedican a actividades distintas.

Por ello, la política pública pretende diseñar patios coeducativos: “espacios donde las actividades, roles y dinámicas no reproducen los estereotipos y mandatos de género, y donde se da un uso compartido de espacios, recursos y juegos entre niñas y niños”. No se trata de eliminar el juego del fútbol o del baloncesto, sino crear nuevos espacios para que los alumnos que no se sientan identificados con estas actividades no queden arrinconados en las pistas deportivas.

Los patios coeducativos son, también, un proceso vivo y dinámico en constante revisión, que marca la importancia de esta iniciativa, puesto que representa la semilla para transformar las relaciones de género que se perpetúan en nuestra sociedad y se reflejan desde la infancia.

Así, analizando esta política es evidente que impacta profundamente en los roles de género, eliminando la percepción de que tienen que ser los niños quienes predominen en las actividades lúdicas y ocupen con prioridad el espacio, teniendo las niñas que adaptar su juego al espacio que queda disponible. Tiene efectos profundos en el acceso igualitario a los recursos, porque demuestra desde la infancia que ambos sexos tienen el derecho a disfrutar por igual de un espacio común, lo que se redunda en su futuro, incluso profesional. Se trata de poner en el mismo nivel decisorio a las mujeres, de que niños y niñas puedan decidir cómo disfrutar de su recreo en igualdad de condiciones.

Las propuestas de patios coeducativos van desde diseñar nuevas estructuras que combinan actividades de movimiento de diferente intensidad, hasta elementos menos definidos como troncos o superficies de diversos materiales y texturas, y elementos como circuitos de agua y arena que favorecen la imaginación y la experimentación. Se propone llevar las aulas al patio con espacios que permitan la lectura o el dibujo; además del huerto. Los espacios que quedan más protegidos se utilizan para los juegos simbólicos, como cocinar, construir o hacer representaciones, así como espacios de relajación. Las construcciones de pequeñas casas, tipis, cuevas, túneles vegetales o espacios que permitan la intimidad o el escondite, son otros de los elementos propuestos para patios de primaria o infantil.

El resultado de este proyecto ha sido la publicación por parte de la Generalitat de Catalunya y Valencia de una guía para realizar un diagnóstico y una mejora de los patios escolares y la implantación del proyecto en varios CEIP de las dos regiones.

Este proyecto es una oportunidad para el desarrollo de las competencias clave, especialmente de la competencia personal, social y de aprender a aprender de la ciudadana, de la emprendedora, y de la competencia de conciencia y expresión culturales. En base a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, los objetivos número 4 y 5 ‘Educación de Calidad’ e ‘Igualdad de Género’ se han puesto en práctica en este proyecto de patios coeducativos e inclusivos.

Respecto a las debilidades y fortalezas del proyecto, hay que destacar lo siguiente.

La principal fortaleza es el gran impacto que pueden tener, porque potencialmente podría abarcar a toda la población en edad escolar, lo que representa una semilla fundamental para el desarrollo efectivo de una cultura de igualdad en toda la población.

Respecto a las debilidades, he visto que se deja a la iniciativa del propio colegio unirse al proyecto, con las dificultades que ello conlleva en cuanto a disponibilidad de recursos humanos, materiales y económicos. Falta un planteamiento estratégico claro y una inversión dineraria para que las propias entidades públicas impulsen este cambio tan necesario.

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